domingo, 15 de julio de 2012

Capítulo 16.

9h15 de la mañana. El teléfono de Anna comenzó a sonar, despertando a las dos personas que se encontraban en la cama. Anna limpiándose las legañas, se incorporó cogiendo el teléfono, mientras que Dani se daba la media vuelta y se quedaba otra vez dormido. Era el teléfono de Miki. Anna descolgó.
- ¿Si?
- Anna -dijo Miki con tono serio- acabo de llegar al aeropuerto.
- ¿Se ha retrasado el vuelo?
- Claro.
- ¿Eso que significa?
- Nada, llegaré a la misma hora.
- ¿Entonces?
- Te llamo para avisarte de que llegaré puntual, y que cuando este llegando al bar, te daré un toque para que bajes.
- ¿Qué haces Anna? -dijo Daniel, con la voz un poco ronca.
- ¿Con quién estas? - preguntó Miki, poniéndose un poco a la defensiva.
- No te importa.
- Si me importa, Anna.
- Cuando llegues llamas ¿Vale? Pues ya esta, nos vemos luego.

Anna colgó el teléfono. Miró a Dani, y vio que al girarse se había vuelto a quedar dormido. Era tan mono así. Hizo un gesto medio dormido, y Anna rió en silencio, para no despertarle. Miró el reloj y decidió que era un buen momento para meterse en la ducha. Le dió un leve beso, y salió de la cama.
Con todo el cuidado del mundo, cogió la ropa y se metió en el daño. Casi una hora después, sobre las 10h25, Anna salió del baño, duchada, peinada, maquillada y vestida. Paso por delante de Dani, y vio que seguía dormido, y que no tenía mucha intención de levantarse.
Fue a la cocina, y cogió un papel:
'Buenos días dormilón. No tardaré mucho en llegar, desayuna y dúchate si quieres. Abre la persiana de la habitación cuando te despiertes. Un abrazo con pechotes.
Anna'


El móvil de Anna dio un toque. Miró y era el teléfono de Miki. Dejo la nota en la mesilla de Dani, y salió cogiendo las llaves de casa. Bajo intentando poner la mejor cara que podía, pero lo que de verdad le apetecía era quedarse acurrucada en las mantas, desnuda, abrazada al cuerpo de Dani.
A lo lejos, lo vio. Miki no había cambiado nada. La verdad que era un chico muy mono, y si no fuera por como es, las cosas hubieran sido muy diferentes. Cuando llegaron a la misma altura, los dos se sonrieron.
- Que bien te veo -dijo Anna dándole dos besos.
- Lo mismo te digo.
- ¿Nos sentamos en la terraza? Aquí corre algo de aire.
- Como quieras -Los dos se sentaron. El camarero se acercó y les tomó nota. Pocos minutos después, su desayuno ya estaba en la mesa.
- ¿Y bien Anna, qué es de tu vida?
- Me va todo muy bien, el programa genial, mi vida va viento en pop..
- Ya lo he oído -dijo antes de que pudiera terminar la frase.
- ¿Cómo dices?
- Si, que ya lo he podido oír.
- ¿Por qué dices eso?
- He oído al hombre que había en tu casa. ¿Quién era?
- Miki, eso a ti no te importa.
- Es Dani, ¿verdad?
- Pero que mas te da -dijo Anna subiendo el tono de voz- como si me acuesto con el papa de Roma.
- A mi no me levantes la voz -dijo Miki subiéndolo también- ¿Era Dani verdad? Sabía que mis celos, 'alocados' como tú decías eran ciertos. Seguro que mientras estabas conmigo estabas con él, y por eso me dejaste. Eres una zorra.
- No tengo porque aguantar esto -dijo Anna levándose- Que te jodan.

Anna ando unos pasos, pero no pudo seguir andando mucho más porque algo le había agarrado el brazo. Ese algo la giro bruscamente y vio la cara de Miki desfigurada por el cabreo que tenía encima. En vez de 'achantarse' como Miki pensaba, la cara de Anna seguía seria y se enfrento a él. Miki apretó más el brazo de Anna y levanto la otra mano, apunto de golpearla.

                                                                       ***

Nada más cerrar la puerta, Dani se despertó. Vio la nota que Anna le había dejado y sonrió. Era increíblemente perfecta. No se podía imaginar todo lo que estaba pasando. Lo llevaba en secreto, y no lo quería llevar más, quería gritarle a los cuatro vientos lo que todo el mundo sospechaba, y lo que ellos ya sabían. Aun que pensándolo bien, las cosas iban muy bien así. ¿Por qué deberían cambiar?
Sonrió y se levanto de la cama. Miró y vio que tenía una mini-cadena en la habitación. La encendió y comenzó a sonar el CD de TLJ, que Anna había dejado el día anterior.
Fue a por la mochila y se dio una ducha rápida. Se puso la ropa, y cuando salía del baño para ir a desayunar, recordó que tenía que levantar la persiana de la habitación.
Al subirla, vio que la casa de Anna daba a la terraza donde estaban desayunando Miki y Anna. Veía como ella movía nerviosa la pierna, y como poco a poco su cara iba cambiando. No quitaba ojo de la escena y vio como Anna se levantaba, y se marchaba. Y también vio la cara de Miki, y que iba detrás de ella.
Sin pensarlo dos veces, abrió la puerta y corrió escaleras abajo, para enfrentarse a el que se atrevía a tocar a 'su chica'

                                                                         ***

- Suéltame, o te juro que no volverás a verme en tu vida -dijo Anna, alzando la frente.
- Eso decías ayer, y mira como al final has acabado viniendo.
- Baja esa mano.
- ¿Tienes miedo de que te pegue?
- Eres un cobarde -rió Anna irónica- no matarías ni a una mosca.

Al oír esto, el cabreo aumento y el orgullo de Miki hizo que cogiera impulso con la mano que tenía levantada  para golpearla. Antes de que le diera tiempo, oyeron un grito. Miki alzó la vista y vio como Dani corría hacia ellos.

-¡Eh! -gritó Dani- ¡Como la toques un pelo, te reviento!
- Esperate que viene tu salvador -soltó Miki en una carcajada.
- Dani, vete -dijo Anna con tranquilidad- No va a hacer nada.
- Él no, pero yo a él si.

Y dicho esto, Dani apartó a Anna de Miki y le soltó un puñetazo en todo el ojo. Miki se quedó desconcertado. No sabía que hacer. Dani abrazó a Anna por los hombros y se la llevo de allí. Antes de que se fueran, Miki gritó algo y se acercó a ellos, con velocidad e ira.
- ¿Te crees que te vas a ir de rositas?
- ¿Qué dices? -gritó Dani, y se apartó de Anna.
- Dani, no le sigas el juego por favor -rogó Anna.
- ¿No quieres que pegue a tu chico? - se burló Miki.
- Mira, no quiero volver a pegarte, y no quiero discutir contigo. Pero te juro que como te vuelvas a acercar a Anna, lo que tienes en el ojo, no va a ser nada comparado a lo que te voy a hacer. Acepta que ella ya ha pasado página, y que no quiere tener nada contigo.
- ¿De qué vas? -preguntó Miki.
- ¿De qué vas tú? Casi la pegas. ¿Así es como luchas por ella? ¿Así es como quieres volver a tener contacto con ella? -la cara de Miki iba cambiando, puesto que ya se había dado cuenta de todo lo que había ocurrido.
- No la iba a pegar, no soy así.
- Es lo que has dado a entender. Miki, lárgate, y cuando te des cuenta de lo que has hecho vuelve - Miki reflexionó sobre las palabras de Dani, que había vuelto a abrazar a Anna, y se dio medía vuelta, avergonzado- Por cierto -se volvió a girar- entra en el bar y pide algo de hielo, se te esta hinchando el ojo.

Miki se dirigió al bar, mientras que Anna y Dani subían en silencio al piso. Ninguno de los dos se atrevió a decir palabra.. Pasaron dentro de la casa y Anna se sentó en el sofá, abrazándose las rodillas, pegándolas a su cuerpo. Dani fue a beber un vaso de agua.
Cuando llegó al salón, vio a Anna y vio que tenía la cara escondida sobre las rodillas.
- Cuqui, ¿qué te pasa? -Anna no contestaba. - ¿Anna estas bien? -Dani intentó sacar la cabeza de Anna de sus piernas, pero no lo consiguió. Lo intento durante bastante rato y no logró nada - ¿Estas llorando? Anna, no quiero que llores, no pasa nada -Dani la abrazó como pudo.
- Lo siento mucho, Dani -dijo por fin.
- ¿Tú, tú por qué? Tú no has hecho nada. Las cosas se le fue de las manos, ya esta. Fuiste muy valiente.
- Todo ha sido por mi culpa, si no hubiera quedado con él.
- Anna, ya no hay que echarse la culpa.
- Gracias -dijo levantando la cabeza de las piernas, dejando ver sus ojos azules, más azules todavía por las lagrimas que había derramado.
- ¿Gracias por qué?
- Por jugarte la cara por mi.
- Es lo mínimo que puedo hacer. Además -dijo sacando su sonrisa- la tengo asegurada.
- Mira que eres tonto -dijo Anna, sonriendo.
- Lo seré, pero he conseguido que sonrías.
- Siento que esta mañana no sea como te había prometido. Te quería dar unos buenos días decentes, y no estos.
- Bueno, unos buenos días decentes, me los podrás dar cuando quieras. Un despertar tan activo como este, espero que no lo repitamos en algún tiempo.

Los dos sonrieron. Anna miró a Dani, y este, con una mano, secó las lagrimas que le quedaban en la cara. Anna se acomodó y se abrazó a él, cerrando los ojos, y sonriendo. Dani la beso la frente con dulzura.
Ninguno de los dos se imaginaba un despertar tan apasionado, pero así era.
Miraron el reloj, las 12h30 y todavía seguían en casa, era hora de irse, cada uno por su camino al plato.
Un beso en los labios rápido, empezaba la jornada.

2 comentarios:

  1. Ya te lo he dicho pero te lo vuelvo a decir, NO ME GUSTA QUE ME DEN INFARTOS SI? JAJAJAJA
    Genial como todos bonita;) NEEEEEXT

    ResponderEliminar
  2. Madre mía! Que tensión de capítulo!
    Siguiente bonita! :)

    ResponderEliminar